• Otras enfermedades infecciosas que causan dolor lumbar.

    La incidencia de osteomielitis y discitis de la columna vertebral parece haber aumentado últimamente debido al envejecimiento de la población, la drogadicción intravenosa  y el número creciente de cirugías espinales. Predisponen además la diabetes, los estados de inmunosupresión y los tumores.

    Además de Stafilococo aureus y micobacterias, multitud de microorganismos son capaces de causar osteomielitis vertebral. En nuestro país la brucelosis es aún una etiología frecuente. Su diagnóstico preciso se dificulta por el hecho de que los hemocultivos no son siempre positivos, llevando a la necesidad de obtener una biopsia de material óseo bien tras punción guiada por TAC o abierta.

    Existen 3 tipos de vía de entrada de la infección a la vértebra o al disco. La hematógena a partir de focos extraespinales (urinario, piel y partes blandas, y endocarditis), por contigüidad de infecciones cercanas a la columna vertebral y tras procedimientos quirúrgicos o diagnósticos como la punción lumbar.

    Como se refleja en el apartado de la osteomielitis, el S aureus es el organismo aislado con más frecuencia, con valores que oscilan entre el 32-67% seguido por diferentes especies de Streptococos, estafilococos coagulasa negativos, E. Coli, Pseudomona aeruginosa, otros bacilos gram negativos, bacterias anaerobias, y hongos (Cándida spp). (Mylona E, 2008).


    Los dos pilares fundamentales del tratamiento son los antibióticos y la cirugía. Salvo déficit neurológico el tratamiento habitual ha de ser médico, necesitan cirugía entre el 10-25% de los pacientes. Los antimicrobianos penetran escasamente en el tejido óseo por lo que se precisan tratamientos prolongados. El tratamiento empírico se comienza con cloxacilina, cefalosporinas (ceftazidima, cefotaxima, ceftriaxona) o ciprofloxacino que cubre stafilococos, estreptococos y bacilos gram negativos. En áreas con stafilococos resistentes a la penicilina o pacientes alérgicos a betalactámicos se puede usar teicoplanina y vancomicina. Los antibióticos se modificarán una vez se disponga de los cultivos y antibiograma en función del microorganismo y sus sensibilidades.
    El tratamiento quirúrgico se reserva para los casos de compresión medular secundaria a invasión del canal raquídeo por material inflamatorio o inestabilidad de la columna, fracaso de tratamiento antibiótico y necesidad de biopsia vertebral para diagnóstico. La técnica más aceptada es el drenaje por vía anterior y la fusión vertebral mediante injertos óseos.


    La brucelosis, una causa frecuente de espondilodiscitis en nuestro país tiene una incidencia descendente. Se debe sospechar ante el antecedente de residencia en el medio rural en áreas endémicas y se confirma mediante serología y cultivo. La pauta de tratamiento más usada es doxiciclina y estreptomicina durante 3-4 semanas, seguida de doxiciclina y rifampicina hasta completar un tratamiento de 3 meses (Pintado-García V, 2008)

    BIBLIOGRAFÍA
    Mylona E, Samarkos M, Kalakou P, Fanourgiakis, Skoutelis A (2008). Semin Artritis Rheum 39:10-17.
    Pintado-García V. (2008). Espondilitis infecciosa. Enferm Infecc Microbiol Clin: 26: 510-517.