• Cavernomas o angiomas cavernosos

    El angioma cavernoso (cavernoma, hemangioma cavernoso, malformación cavernomatosa), es un hamartoma de vasos sanguíneos de flujo lento en forma de mora, que consiste en espacios vasculares intercapilares, sinusoides y grandes espacios cavernosos, rodeados de una capa de endotelio, sin parénquima cerebral intercalado (Tagle P, et al 1986).La mayoría existe como una lesión solitaria o esporádica la cual es la que más se asocia a la AVD según el estudio de T.A. Petersen 2010, sin embargo hay una forma hereditaria representada por lesiones múltiples y bilaterales, observada con mayor frecuencia en la población hispano americana (Gunel M, et al 1996). Tiene dimensiones entre un rango de 0.5 – 4 cm, pudiendo encontrarse cavernomas gigantes mayores de 6 cm.Se presenta principalmente en la edad adulta 40-60 años, sin embargo puede observarse en la infancia (Osborne Anne. et al 2004c). Los síntomas más frecuentes al momento del diagnóstico son convulsiones, hemorragia, signos neurológicos focales y cefalea (Zabramski JM, et al 1994). Sin embargo pacientes afectados pueden ser completamente asintomáticos.Los hallazgos por imagen seccional son variables, dependiendo si existe trombosis interna o hemorragia de la lesión, estos productos sanguíneos generalmente se encuentran en diferentes estadios de degradación. El efecto de masa se presenta en casos de hemorragia reciente.El método diagnóstico de imagen por excelencia es la resonancia magnética, donde se observa su apariencia característica de palomita de maíz. En T1 se pueden observar zonas hiperintensas cuando hay conversión de hemoglobina a metahemoglobina. En T2 se observa una halo hipointenso que rodea a la lesión, representando la hemosiderina en la periferia. T2* detecta zonas de hemorragia o calcificaciones internas. En secuencias con contraste se observa ausencia o mínimo realce( Ide C, et al 2000). Los angiomas cavernosos se clasifican según Zabramski en cuatro tipos, (Ver tabla 3 jpg).

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    Figura 4a. Resonancia magentica en coronal T2 mostrando una lesión hipointensa con halo hiperintenso en el lóbulo parietal izquierdo, compatible con cavernoma.
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    Figura 4b. Resonancia magentica en axial T1 sin contraste mostrando la misma lesión con areas hiperintensas en su interior correspondientes a hemorragia.
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    La tomografía computada revela una lesión bien definida, hiperdensa, con calcificaciones en su interior, sin embargo puede ser normal entre un 30-50 % de los casos (Osborne, Anne. et al 2004d).BIBLIOGRAFÍA• Gunel M, Awad IA, Finberg K, et al. (1996). Genetic heterogeneity of inherited cerebral cavernous malformation. Neurosurgery. 38:1265-1271.• Ide C, De Coene B, Baudrez V. (2000). MR features of cavernous angioma. JBR-BTR. 83(6):320.• Osborne, Anne MD. (2004). Vascular malformations. En: Amirsys (Ed). Diagnostic imaging brain. (I.5.4-I.5.28).• Tagle P, Huete I, Mendez J, Del Villar S. (1986). Intracranial cavernous angioma: presentation and management. J Neurosurg. 64:720-723.• Zabramski JM, Wascher TM, Spetzler RF, et al. (1994). The natural history of familial cavernous malformations: results of an ongoing study. J Neurosurg. 80:422-432.