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Fecha publicación: 14-03-2014
Autor: Anabel Puente Muñoz

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"Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar y lo mejor de todo despertar"  

Antonio Machado

En marzo se celebra día mundial del sueño. A estas alturas esto nos dice poco; resulta extraño encontrar un “día huérfano” en el que no se conmemore algún acontecimiento importante o se “consagre” a alguna causa de calado social. Es innegable que cuando algo nos resulta habitual, al final se convierte en rutina y no podemos evitar que se cubra con un manto de cierta invisibilidad. No obstante, debemos evitar que esto ocurra y reflexionar sobre  cada uno de esos motivos de celebración dándoles la importancia que se merecen.
En cuanto al sueño, todo el mundo es consciente de la importancia de tener un sueño de calidad. Se trata de una necesidad primaria, independiente de la voluntad del sujeto.  Sin embargo, no siempre tiene lugar de forma correcta. Se estima, que cada día un tercio o más de la población sufre algún tipo de trastorno de sueño y/o excesiva somnolencia diaria, lo cual tiene un importante impacto en la jornada de vigilia tanto a nivel personal como en términos de salud pública. 

Empecemos por el principio. Los problemas de sueño recogidos en la clasificación internacional se pueden resumir en los tres principales motivos de consulta: “no soy capaz de conciliar o mantener el sueño”,  “me encuentro muy dormido durante el día” o “me dicen que hago cosas raras durante la noche”. Es así de “sencillo”. No obstante, como siempre ocurre en medicina,  lo que a priori parece sencillo, nunca suele serlo.

De los trastornos propios del sueño, los más habituales son los problemas relacionados con el insomnio, seguidos por los trastornos respiratorios y por último el síndrome de piernas inquietas. También existe una importante relación con patologías médicas y/o psiquiátricas, como hipertensión arterial, enfermedades cerebrovasculares o cardiovasculares, diabetes mellitus o síndrome metabólico, obesidad mórbida, depresión, entre otros. De este modo, si el paciente refiere insomnio (el primer motivo de consulta),  se puede  considerar trastornos médicos como E. Parkinson, causas farmacológicas como tratamientos con corticoides, trastornos psiquiátricos como ansiedad o depresión, síndrome de piernas inquietas, apnea de sueño y otros trastornos respiratorios obstructivos, o simplemente mala higiene sueño.

En el caso de ser un problema de hipersomnolencia diurna (segundo motivo de consulta) sospecharemos también trastornos respiratorios obstructivos, narcolepsia, efectos secundarios de medicación o simplemente un tiempo de sueño insuficiente. Por último, cuando el problema son los comportamientos anormales al dormir, será necesario descartar crisis epilépticas, parasomnias, movimientos rítmicos durante el sueño, etc...

No es objeto de este foro aburrir al lector con una interminable lista de posibilidades diagnósticas. La intención es simplemente destacar la importancia de que una de estas jornadas  se dedique al sueño, ya que es una necesidad básica,  perfectamente engranada en la fisiología del individuo y cuyo correcto funcionamiento es esencial para mantener un estado de salud física y mental adecuada.

Comentarios

el sueño...ese desconocido.

Esencial para la salud y la vida...es curioso, que después de tanto tiempo, no hayamos encontrado una razón tautológica que justifique la existencia del sueño, pero sí sabemos algo: si pasamos mucho tiempo en privación, podemos morir. Desgraciadamente, la sociedad 24x7 con sus móviles, ordenadores, luces artificiales y demás inventos (trabajo a turnos incluido) ha favorecido la proliferación de desordenes del sueño, cuyo manejo y tratamiento no es correcto en muchas ocasiones, llevando a una sobredosificación farmacológica muchas veces no beneficiosa o incluso perniciosa...
Buen post. Felicidades.