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Fecha publicación: 31-07-2013
Autor: David A. Pérez Martínez

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El pasado 24 de julio a las 20:41 horas el tren Alvia 00151 destino El Ferrol, y que había salido de Madrid horas antes, descarrilaba en una curva con velocidad limitada a 80 km/h. El tren entró en dicha curva a una velocidad superior a 190 km/h por lo que la catástrofe fue inevitable. Desde el primer momento se supo que el drama se extendería por las familias de decenas de fallecidos y heridos. En dicho trayecto el único elemento que aseguraba el control del vehículo era el maquinista del tren, por lo que desde el inicio el error humano parecía la hipótesis más creíble. Sin embargo, el conductor era un experimentado profesional que había realizado dicha ruta más de 60 veces sin ningún percance. No obstante, el maquinista refirió que se había “despistado” sin ni siquiera llegar a saber en qué sitio se encontraba. Del análisis de los datos transcritos de las grabaciones momentos antes del accidente parecía concluirse que el conductor estaba manteniendo una conversación telefónica con un compañero sobre asuntos relativos al trayecto, mientras manipulaba papeles o consultaba un mapa.

¿Qué nos puede decir la neurociencia sobre este tipo de errores cognitivos? En ocasiones, sobrevaloramos la capacidad de nuestro cerebro o su infalibilidad a la hora de acometer tareas complejas, esperando una respuesta similar ante circunstancias diferentes. Desde hace tiempo, tanto los neurólogos como otros profesionales dedicados a la neurociencia, se han interesado por la respuesta de nuestro cerebro a las tareas de atención dividida o de tareas duales. Son paradigmas o modelos de experimentación en el que el sujeto debe realizar dos tareas alternas, habitualmente una motora y otra puramente cognitiva. Aunque el sistema nervioso construye la realidad mediante un mecanismo en paralelo empleando numerosas regiones cerebrales, los procesos cognitivos complejos guiados por la atención deben ser realizados en serie. Por lo tanto, la única forma de realizar varias tareas complejas a la vez es alternar de una a otra mediante interrupciones en nuestra atención. En sujetos bien entrenados, las interrupciones entre una y otra tarea pueden ser tan breves y con tanta flexibilidad que pueden aparentar la realización de dos tareas complejas al unísono.

La realización de tareas duales es un método empleado en investigación para valorar la capacidad de flexibilidad mental para cambiar de una tarea a otra o mediante la realización de dos tareas a la vez. En un experimento del grupo suizo de Theill y colaboradores, se planteaba a sujetos ancianos cognitivamente normales y otros con deterioro leve la realización de dos tareas sencillas: caminar por un  recorrido prefijado mientras restaba en voz alta desde 50 de dos en dos. Todos los participantes presentaron deterioro significativo en ambas tareas con una menor velocidad de la marcha (p<0,001) y un deterioro en el cálculo elemental propuesto (p=0,03). Obviamente, las diferencias en los sujetos con deterioro cognitivo fueron mayores, pero el experimento mostró que en sujetos sanos la realización de dos tareas aparentemente sencillas se ve deteriorada significativamente si se pretenden hacer al unísono.

Esta interferencia entre tareas tiene consecuencias claras, en una revisión sistemática de los estudios que emplean este tipo de experimentos  se calculó que el riesgo de caídas se multiplicaba por más de 5 veces (OR 5,3; 95% IC: 3,1-9,1) si se realizaban las dos tareas a la vez. Recientemente se ha publicado un artículo sobre el efecto de la conversación telefónica y su repercusión sobre la marcha en sujetos jóvenes sanos. Los resultados no nos deberían sorprender, la velocidad de la marcha se redujo de manera relevante y si se empleaba el móvil para escribir (por ejemplo mandar un mensaje) la marcha se lateralizaba y cambiaba de trayectoria hasta en un 61% de los participantes.

En definitiva, las organizaciones que quieran diseñador sistemas de prevención de riesgos deben tener en cuenta las limitaciones de nuestro sistema nervioso y las capacidades que puede desarrollar nuestro cerebro. Está más que demostrado que mantener varias tareas cognitivas a la vez repercute en un pobre rendimiento de ambas, elevando la probabilidad de errar en alguna de ellas. Ya dijo San Agustín que “Errar es humano, pero persistir en los errores es diabólico”. Sorprende que los humanos persistamos tanto en los errores.


NOTA: este post no pretende analizar las causas de la catástrofe ferroviaria de Santiago de Compostela ni buscar culpables o fallos en las organizaciones responsables, tan sólo pretende analizar desde el punto de vista neurocientífico cómo los errores cognitivos pueden producirse en sujetos aparentemente bien entrenados, sobre todo en el caso de someterse a paradigmas de doble tarea o atención dividida. En todo caso, todos los que formamos Neurowikia y en especial este autor, queremos hacer llegar nuestro más sentido pésame a las familias de los 79 fallecidos. Sirva este post como homenaje para todos los afectados. Descansen en Paz.