• Trastornos de la función sexual en la disfunción autonómica

    RESUMEN: La disfunción eréctil se caracteriza por la dificultad para generar o mantener una erección rígida que permita realizar el coito. En la erección, el tejido eréctil genital se ingurgita con sangre. La ingurgitación vascular inicial del tejido eréctil genital está controlada por la división parasimpática del sistema nervioso autónomo. El centro de la erección se localiza a nivel sacro (S2-S4). Los cuerpos cavernosos también reciben aferencias del nervio hipogástrico que lleva la inervación simpática procedente de la cadena simpática toracolumbar (T11-L2). El principal neurotransmisor que interviene en la función eréctil es el oxido nítrico. Las enfermedades que afectan a la médula espinal sacra o a las fibras autónomas del pene imposibilitan al sistema nervioso para relajar el músculo liso del pene, originando de este modo la disfunción eréctil.


    El priapismo se define como erección prolongada y persistente en ausencia de excitación sexual. El priapismo neurógeno puede aparecer en lesiones medulares bilaterales de instauración lenta por encima de S2 o en lesiones medulares agudas después de la fase de shock medular, si los segmentos sacros no se encuentran afectados.


    La eyaculación, que consiste en la expulsión de semen en la uretra prostática y ulterior eyección de la uretra al exterior, está sometida a un control simpático. Las fibras simpáticas preganglionares salen de la médula espinaI en el primero y el segundo segmentos lumbares. Las fibras posganglionares se distribuyen hacia el conducto deferente, las vesículas seminales y la próstata a través de los plexos hipogástricos. Los trastornos de eyaculación posibles son la aneyaculación, eyaculación retrasada, eyaculación retrógrada, eyaculación asténica, y eyaculación dolorosa.