• Definición y fenomenología de la corea

     

    El término corea tiene sus orígenes en la palabra griega choreia que significa danza. Se define como un movimiento involuntario irregular, brusco, rápido, breve y no mantenido que fluye aleatoriamente de una parte del cuerpo a otra. Generalmente es de naturaleza impredecible, pero puede ser regular y estereotipado como en las discinesias tardías. Los movimientos coreicos pueden aparecer en reposo, son parcialmente suprimibles a voluntad y aumentan con el estrés y las maniobras de distracción. Generalmente disminuyen e incluso pueden llegar a desaparecer durante el sueño.
     
    Los grados de corea son variables. Inicialmente puede presentarse como un movimiento contorsionante y pseudointencional que produce impresión de intranquilidad en el observador. El paciente puede incorporar el corea a movimientos aparentemente voluntarios e intencionales (parakinesia). Los pacientes pueden no ser conscientes de estos movimientos como sucede por ejemplo en la enfermedad de Huntington o en las discinesias producidas por levodopa en la enfermedad de Parkinson. En fases más avanzadas el corea se hace más evidente y en casos extremos puede interferir con la respiración, el habla, la marcha pudiendo llegando incluso a producir una discapacidad total. 
     
    El término balismo hace referencia a un corea de gran amplitud y predominio proximal. 
     
    La corea puede ser focal (por ejemplo lingual), asimétrico o generalizado. Cuando los movimientos coreicos aparecen en un hemicuerpo (hemibalismo o hemicorea) se debe sospechar la presencia de una lesión contralateral en los ganglios basales.
     
    Cuando la corea es el resultado de una alteración difusa de los ganglios basales pueden aparecer otros trastornos del movimiento asociado tales como parkinsonismo, tics o distonía. Puede llegar a ser indistinguible de otras hipercinesias como las mioclonías, la distonía o los tics.