• Polimialgia reumática.

    Se caracteriza por dolor intenso, malestar, rigidez e hipersensibilidad de los músculos del cuello, y musculatura proximal de las extremidades. Los hombros se afectan con más frecuencia que las caderas. El dato analítico definitorio es la velocidad de sedimentación globular muy alta. La respuesta a dosis bajas de corticoides es espectacular. Es raro que aparezca por debajo de los 50 años, predomina en personas ancianas. Además de los posibles diagnósticos diferenciales neurológicos que evoca, su importancia radica en su asociación con la arteritis de la arteria temporal y el riesgo de pérdida de visión que conlleva si no se diagnostica y trata precozmente con corticoides.
    Los síntomas de afectación sistémica como fiebre, anemia y pérdida de peso pueden acompañar al dolor. En algunos pacientes se aprecia un edema blando de pies y manos.
    Se debe diferenciar de la polimiositis, en la que el síntoma predominante es la debilidad frente al dolor de la polimialgia reumática. En la polimiositits la CPK aparecerá elevada de modo invariable y el aumento de VSG y PCR es mucho más discreto.
    Lo habitual es que la VSG en la polimialgia reumática se eleve por encima de 40 pero no es raro ver cifras por encima de 70.
    El tratamiento debe hacerse con corticoides con dosis iniciales de 20 mg que pueden precisarse durante meses. En caso de sospecha de arteritis de la temporal por aparición de cefalea de reciente comienzo con hipersensibilidad en cuero cabelludo, las dosis a usar han de ser mucho más altas iniciando con 1 mg/Kg/día para evitar la neuropatía óptica que puede causar ceguera irreversible al paciente. La evolución del dolor de hombros y caderas es el parámetro que mejor marca cuanto tiempo ha de mantenerse el tratamiento, frente a la modificación de la VSG.