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Fecha publicación: 13-12-2010
Autor: Francisco Gilo Arrojo

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Ictus isquémico.jpg

Recientemente se han publicado en Japón los resultados de un ensayo clínico randomizado que ha comparado el tratamiento de 100 mg/12h de Cilostazol, frente a 81 mg/24h de ácido acetil salicílico (AAS), en pacientes que habían sufrido un ictus isquémico no cardioembólico. Es sabido de antemano que las dosis entre 50-325 mg de AAS han demostrado la misma efectividad en la prevención secundaria del ictus. Los resultados del estudio se decantan a favor del Cilostazol, observándose un menor porcentaje de complicaciones hemorrágicas, y una tendencia a una menor tasa de eventos isquémicos, a costa sin embargo de un aumento de efectos secundarios de índole vegetativa. El número de pacientes que es necesario tratar (NNT) para evitar un ictus isquémico en un periodo en torno a 3 años, asciende a 27 con AAS, y a 19 con Cilostazol.


El Cilostazol es un fármaco antiagregante, que además tiene propiedades vasodilatadoras. En la práctica clínica actual se está empleando en el tratamiento de la claudicación intermitente secundaria a arteriopatía periférica. Según los resultados del estudio comentado, habrá que tenerlo también en cuenta para la prevención secundaria de los pacientes con ictus isquémico aterotrombótico o lacunar, especialmente en aquellos con mayor riesgo hemorrágico.
Parece ser, que las tendencias terapéuticas actuales, persiguen combatir la recurrencia del ictus incidiendo en los tres elementos de la triada trombótica de Virchow (pared vascular, componentes de la sangre, y flujo sanguíneo). En esta misma línea de actuación se justifica el empleo del Dipiridamol, otro agente vasodilatador que se emplea en prevención secundaria, como un complemento a la acción exclusivamente antiagregante del AAS. 

Comentarios

Novedades en el campo de los antitrombóticos

Una buena noticia. Desde el punto de vista clínico, la impresión es que los antiagregantes tienen una efectividad bastante limitada... no es infrecuente encontrar recurrencias de ictus aterotrombóticos en pacientes previamente antiagregados con AAS o clopidogrel.

Aunque quizás, personalmente, espero con más ansiedad la autorización del dabigatrán en la prevención secundaria de ictus de origen cardioembólico, específicamente de fibrilación auricular. No disponemos de buenas alternativas al acenocumarol y este fármaco promete eficacia igual o superior con mejor perfil de seguridad. Además con mayor facilidad y comodidad para el paciente, hecho que se suele olvidar a menudo...