• Complicaciones Neurológicas de la Quimioterapia

    Los pacientes con cáncer están a menudo polimedicados con fármacos que actúan directamente contra su neoplasia (quimioterapia, terapias hormonales o inmunomoduladores) y con otros destinados al tratamiento sintomático (antiepilépticos, factores de crecimiento, opioides, corticoides). Clásicamente, la toxicidad de la quimioterapia sobre la médula ósea constituía el factor limitante principal del tratamiento oncológico. Sin embargo, gracias a la introducción de tratamientos como los factores de crecimiento y el trasplante de progenitores hematopoyéticos, hoy en día es posible utilizar la quimioterapia a mayores dosis, con el consecuente incremento de su eficacia y también del riesgo de efectos secundarios como la neurotoxicidad. No deja de ser sorprendente que muchos de estos fármacos tengan efectos adversos sobre el sistema nervioso, teniendo en cuenta que la mayoría de ellos actúa inhibiendo la proliferación del tumor y, por tanto, afectan en su mayoría a tejidos con una tasa alta de división celular (por ejemplo, médula ósea y tracto gastrointestinal). Por otra parte, el sistema nervioso central está protegido por la barrera hematoencefálica (BHE) y las concentraciones de los quimioterápicos suelen ser más bajas en el mismo que en el resto del organismo cuando son administrados por vía sistémica. A pesar de esto, la toxicidad neurológica es frecuente. La neurotoxicidad puede originar síntomas graves que incapaciten al paciente y disminuyan considerablemente su calidad de vida. En el caso de que la afectación sea reversible, hay que tener en cuenta que la capacidad de recuperación de estos pacientes suele estar disminuida por patologías concomitantes, y más aún si se trata de enfermos de edad avanzada (p.ej. trastornos del estado nutricional e insuficiencia renal o hepática). Una complicación neurológica en el paciente con cáncer requiere un diagnóstico diferencial amplio, en el que es necesario excluir efectos directos del tumor, alteraciones metabólicas y nutricionales asociadas al mismo, síndromes paraneoplásicos, complicaciones del tratamiento con radioterapia y otros aspectos que son tratados en otros capítulos. El diagnóstico de neurotoxicidad secundaria a quimioterapia es clínico, y se basa en la relación temporal entre la administración del fármaco y la complicación neurológica, el conocimiento de los efectos secundarios de cada quimioterápico y la exclusión de otras posibles causas.