• Migraña

    La migraña ha sido reconocida como una entidad  clínica desde la antigüedad. Álvarez menciona que en un poema sumerio (3000 años a. C.) está descrita la asociación de cefalea y pérdida de visión. Hipócrates (460 a.C.) tuvo conocimiento de la cefalea probablemente a través de la medicina egipcia, y describió los síntomas visuales acompañantes de la migraña. La descripción más completa de la migraña la efectuó Areteo de Capadocia (siglo II d.C.) quien la denominó heterocránea. La palabra jaqueca deriva del término sagiga, versión árabe de la palabra hemicránea (Pérez Martínez D 2006).


    La migraña es una cefalea crónica, primaria y episódica caracterizada por una combinación  de síntomas neurológicos, gastrointestinales y autonómicos. Es un cuadro heterogéneo, variando los ataques en intensidad, duración y frecuencia entre las personas y en cada persona en el transcurso del tiempo (con tendencia a hacerse más leves y menos frecuentes). Con la publicación de la monografía “Criterios de Clasificación y Diagnósticos de Cefaleas, Neuralgias Craneales y Dolor Facial” en 1988 y su posterior revisión en 2004 por la “Sociedad Internacional de Cefaleas” (IHS) en un intento de homologar conceptos, se estableció una clasificación con base etiopatogénica, definiendo al tiempo los criterios diagnósticos para cada entidad (IHS 2004).