• Medidas Generales

    INTRODUCCION
    El tratamiento del delirium comprende diversos aspectos. Es preciso iniciar las medidas diagnósticas oportunas para esclarecer la etiología del cuadro y poder así actuar específicamente sobre los factores precipitantes y perpetuadores y evitar las posibles complicaciones. Mientras tanto, puede ser necesario instaurar medidas encaminadas a garantizar la seguridad del paciente, aliviar sus síntomas y la confusión que estos pueden producir en sus familiares y cuidadores.

    TRATAMIENTO
    - Medidas generales:
    Hay una serie de medidas generales que pueden prevenir y favorecer la recuperación de un estado mental adecuado. Es fundamental proporcionar al paciente un ambiente seguro, tranquilo y familiar, con los estímulos adecuados, evitando tanto la sobreestimulación como la deprivación sensorial. Para ello ha demostrado ser de utilidad lo siguiente:
     Favorecer la presencia y la compañía continua de uno o varios familiares de confianza, y a la vez limitar el número de personas extrañas que visitan al paciente.
     Reorientar continuamente al paciente en tiempo, espacio y situación.
     Facilitar gafas y prótesis auditivas para corregir el déficit sensorial del paciente. Un reloj, un calendario y otros objetos personales en un lugar bien visible, así como el acceso a una radio o a un televisor, son medidas también eficaces.
     Cuando hay ideas delirantes, éstas no deben apoyarse ni contradecirse. Para intentar evitarlas deben retirarse o cubrirse espejos y otras superficies donde el paciente pueda verse reflejado.
     Disminuir el ruido ambiental, especialmente en las horas de descanso. Una música suave y monótona de fondo y una luz tenue pueden contribuir a la relajación del paciente.
     Asegurar una adecuada nutrición e hidratación y normalizar las funciones fisiológicas, como el ciclo sueño-vigilia o el tránsito gastrointestinal.
     Animar al paciente a realizar ejercicio suave, en función de su estado de salud, en forma de paseos, movilizaciones…
     Restringir al máximo las contenciones físicas, ya que tienden a empeorar la agitación psicomotora de los pacientes. No obstante, pueden ser necesarias si hay riesgo de lesiones al propio paciente o a sus cuidadores o cuando han fracasado el resto de medidas.
    No menos importante es proporcionar correcta información y educación a los familiares y cuidadores de los pacientes con riesgo de sufrir delirium para evitar así los sentimientos de culpa, frustración y temor ante las posibles consecuencias de este cuadro.

    BIBLIOGRAFÍA
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