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Fecha publicación: 01-06-2011
Autor: David A. Pérez Martínez

La OMS ha sorprendido a usuarios y profesionales sanitarios con la reclasificación del efecto de las ondas electromagnéticas de los móviles. Tras analizar la evidencia engloba a los móviles en "Posiblemente cancerígenos para seres humanos". Esto se traduce en el hecho de que hay evidencias de que pueden ser cancerígenos en estudios en animales pero hay una ausencia o limitada evidencia de este efecto en humanos. La asociación está relacionada con los gliomas, tumores del sistema nervioso central, pero no han avisado de ninguna asociación con otros tumores, hecho al menos sorprendente. Uno podría pensar que la relación con el sistema nervioso central podría estar relacionada con su uso en la región cefálica, pero la mayor parte del tiempo el teléfono está en el bolsillo recibiendo y emitiendo señales para conocer la posición del usuario. Tampoco se conoce si existe una relación dosis-efecto en esta relación, y si las evidencias en animales están relacionadas con intensidades o exposiciones a campos electromagnéticos por encima de las habituales o acordes a lo que podría recibir un usuario de telefonía móvil. Al parecer, en el comunicado original de la OMS, se remiten a una pronta publicación en Lancet Oncology dónde se expondrán más datos. Estaremos a la espera.

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Se dice que en tiempos de crisis las sociedades tienen una orientación irrefrenable hacia el catastrofismo. Es posible, sólo hay que analizar la prensa de los últimos años. Sin embargo, los profesionales sanitarios debemos actuar según las evidencias científicas en cada momento, huyendo de alarmismos innecesarios. Y si en un momento las evidencias son concluyentes, actuar en consecuencia.