• Exploración Olfatoria

    La disfunción olfatoria puede deberse a un proceso local (intranasal) o neurógeno (en la vía), de ahí la importancia del examen de la cavidad nasal ante esta anomalía perceptiva. Además de los datos de la anamnesis, es necesario explorar la capacidad para identificar y discriminar olores usando muestras como café, chocolate, tabaco o frutas en cada orificio nasal, evitando agentes irritativos, como alcohol, acetona, ácidos o amoniaco, que activarían terminaciones trigeminales en la mucosa olfatoria provocando resultados equívocos. Aunque de uso no rutinario, existen pruebas estandarizadas para valoración de la función olfatoria, como el umbral de detección, las baterías UPSIT (University of Pennsylvania Smell Identification Test) y CC-SIT (12-ítem Cross Cultural Smell Identification Test) útiles en tareas de identificación, discriminación y memoria olfatoria (Doty RL et al, 1995); el registro del potencial evocado frente a H2S y CO2 (Hawkes CH et al; 1998 and Kobal G; 1982) y el estudio neurocognitivo orientado a la valoración de la corteza orbitofrontal y piriforme, críticas en el reconocimiento del estímulo olfatorio.

     
    Por último siempre hay que descartar la existencia de una enfermedad subyacente. El estudio clínico se ampliará según los hallazgos de la anamnesis y la exploración. En función de estos datos se realizará: hemograma, bioquímica, determinación de vitamina B12 y folato, función tiroidea, serología de sífilis, EEG, estudios de imagen y exámen de LCR cuando se sospeche afectación meníngea (Ropper AH et al; 2007).

     

    Pasaremos a continuación a comentar con más de detalle cada una de las pruebas estandarizadas para la valoración de la función olfatoria:

     

    Evaluación psicométrica:

    Umbral de detección: Definimos el umbral de detección como la menor concentración de un estímulo olfatorio capaz de activar los receptores olfativos y desencadenar la percepción del estímulo. Para ello se utilizan diluciones crecientes (10-7-1 mol) de alcohol feniletílico, definiéndose el umbral como la concentración más baja que puede ser percibida (Liberini P et al; 2000).

    Identificación de olores: Constituye la medida más utilizada en la valoración de la función olfatoria; parte de la habilidad individual del paciente para identificar olores aplicados a una intensidad que sobrepasa el umbral de detección (Cain WS et al; 1989). El test más estandarizado es el UPSIT (University of Pennsylvania Smell Identification Test, Sensonics, Haddon Heights, N.J., USA), consistente en cuarenta items, cada uno de los cuales está dotado de cuatro alternativas que el paciente debe seleccionar tras la percepción de un olor (Doty RL et al; 1984). Más recientemente ha aparecido el 12-ítem Cross Cultural Smell Identification Test (Doty RL et al; 1996), análogo al UPSIT pero más rápido en su realización (no sobrepasa los cinco minutos).

    Discriminación de olores: Medida de la capacidad individual para discriminar olores con independencia de la habilidad para identificarlos. Se pide al paciente que discrimine dos olores percibidos como iguales o diferentes, posteriormente los resultados se validan identificando la proporción de parejas correctamente clasificadas (Zatorre R et al; 1991).

    Memoria olfativa: El paradigma básico de reconocimiento de olores consiste en que un sujeto perciba un olor y, más tarde, tras intervalos crecientes de tiempo (minutos, horas), sea capaz de identificarlo de entre varios expuestos (Savic I et al; 1997).

     

    Evaluación neurofisiológica:

    Aunque de realización compleja es posible el registro electrofisiológico del potencial evocado olfatorio frente a H2S y CO2 (Kobal G; 1982 y Hawkes CH et al; 1998).

     

    Evaluación neuropsicológica:

    Especialmente útiles a la hora de reconocer si el déficit en la identificación de olores es secundario a una disfunción primaria olfatoria o consecuencia de la afectación de áreas corticales secundarias implicadas en el procesamiento superior de esta información. La integridad de ciertas estructuras corticales como el área piriforme y la corteza orbitofrontal es crítica en el reconocimiento e identificación del estímulo olfatorio. Los test psicométricos no nos sirven para valorar su funcionalidad y por tanto, es necesaria la realización de un mínimo de baterías neurocognitivas que orientadas a ámbitos como la atención, la función ejecutiva, memoria de trabajo, lenguaje y otras tareas semánticas y perceptuales, nos permitan analizar su grado de afectación (Liberini P et al; 2000).

     

    Bibliografía:
    Cain WS, Rabin RD (1989). Comparability of two test of olfactory function. Chem Senses. 14: 479-485.
    Doty RL, Shaman P, Dann M (1984). Development of the University of Pennsylvania smell identification test: a standardised microencapsulated test of olfactory function. Physiol Behav. 32: 489-502.
    Doty RL, Bromley SM, Stern MB. Olfactory testing as an aid in the diagnosis of Parkinson’s disease: development of optimal discrimination criteria (1995). Neurodegeneration. 4: 93-97.
    Doty RL, Marcus A, Lee WW (1996). Development of the 12-Item Cross-Cultural Smell Identification Test (CC-SIT). Laryngoscope. 106: 353-56.
    Hawkes CH, Shephard BC (1998). Olfactory evoked responses and identification test in neurological disease. Ann NY Acad Sci. 855: 608-615.
    Kobal G (1982). A new method for determination of the olfactory and the trigeminal nerve’s dysfunction: olfactory (OEP) and chemical somatosensory (CSEP) evoked potentials. En: Rothenberg A (Ed), Event related potentials in children, (pp 455-461). Amsterdam: Elsevier.
    Liberini P, Parola S, Spano PF, Antonini L (2000). Olfaction in Parkinson’s disease: Methods of assessment and clinical relevance. J Neurol. 247: 88-96.
    Ropper AH, Brown RH (2007). Trastornos del olfato y el gusto. En: Ropper AH, Brown RH (Eds). Principios de Neurología, (pp 195-202). Méjico: McGraw-Hill Interamericana.
    Savic I, Bookhleimer SY, Fried I, Engel J (1997). Olfactory Bedside test. A simple approach to identify temporo-orbital dysfunction. Arch Neurol. 54: 162-168.
    Zatorre R, Jones-Gotman M (1991). Human olfactory discrimination after unilateral frontal or temporal lobectomy. Brain. 114: 339-41.