• Tratamiento crónico de las lesiones traumáticas del sistema nervioso

    Tratamiento rehabilitador
       Terapias cognitivas y conductuales
       Fisioterapia
       Reinserción social y laboral

    Complicaciones diferidas del traumatismo craneoencefálico
         Epilepsia postraumática
    Las crisis se clasifican según su momento de aparición en:
    Inmediatas. Son las que aparecen en la primera hora tras un traumatismo craneoencefálico. Son consecuencia del mismo daño directo, suelen ser generalizadas y no predisponen a crisis tardías.
    Tempranas. Son las que ocurren entre la primera hora y la primera semana. Se producen en un 5% de los pacientes y suelen ser focales, limitadas a cara y mano. La mitad ocurren en las primeras 24 horas, un tercio sólo tienen una crisis, pero hasta un 20% pueden ser status. Son más frecuentes en niños, en TCE graves, con fractura deprimidas o hematomas intracraneales, y predisponen a la aparición de crisis tardías.
    Tardías. Son las que ocurren después de la primera semana. Su frecuencia de aparición es muy variada, con una media del 5%. Son factores de riesgo la existencia de herida penetrante (>50%), hematoma intracraneal (35%), daño cerebral focal en la TC (30% sobre todo si hay signos focales u ocurren en regiones rolándicas), crisis tempranas (>25%) , fractura deprimida con laceración de la dura (17%), y la pérdida de conciencia mayor de 24 horas o coma. El 50% suceden en el primer año, pero hasta un 5% aparecen a los diez años, y son parciales complejas (75%), secundariamente generalizadas (50%) o directamente generalizadas (30%).

    El electroencefalograma precoz no predice el riesgo de desarrollar una epilepsia postraumática. Es más útil una TC para detectar los factores de riesgo antes descritos, o la resonancia en fase postaguda en pacientes con factores de riesgo y TC normal, o en crisis refractarias postraumáticas para localizar focos de gliosis (especialmente las mesiales) en pacientes que tuvieron un TCE cinco años antes.
    No está demostrada la eficacia del tratamiento profiláctico. Las crisis inmediatas no se tratan, las tempranas se tratan durante 1-3 meses, y las epilepsias postraumáticas como cualquier otra epilepsia dependiendo del tipo de crisis. Aunque la difenilhidantoína es el fármaco más usado por su rapidez y comodidad, no se suele recomendar a largo plazo. El pronóstico global es bueno, con un control excelente en la mayoría de los casos, lográndose la curación de las crisis en el 50% de los casos a los cinco años.
    - Síndrome postraumático
    Se denomina así a un conjunto de síntomas que aparecen tras un TCE leve, cuya patogenia es discutida, ya que aunque parece tener una base orgánica (hay una alteración en los test neuropsicológicos), influyen en su génesis factores psicológicos (son menos frecuentes en accidentes deportivos que en accidentes laborales o de tráfico, donde la culpabilidad y la compensación pueden perpetuar los síntomas).

    Los síntomas que conforman este síndrome se clasifican en:
    somáticos: cefalea, mareo, alteraciones visuales (borrosidad), anosmia, pérdida de audición y desequilibrio.
    Cognitivos: dificultad para concentrarse, problemas de memoria (más acusada en la memoria de corto plazo que en la de largo plazo), y alteraciones del razonamiento, abstracción y juicio.
    Psicosociales: dificultades emocionales (depresión, labilidad emocional, euforia, irritabilidad, falta de motivación, abulia), cambios en la personalidad, pérdida de la líbido, alteraciones en el ciclo sueño-vigilia o insomnio, fatigabilidad, intolerancia a la luz o a sonidos altos, pérdida de empleo y divorcio.
    Otoros: síncopes, alteraciones del gusto.
    El estudio consiste en descartar otras complicaciones postraumáticas (crisis, hidrocefalia, fístula de LCR) si hay dudas, y el tratamiento en la explicación al paciente del cuadro, descanso, tratamiento sintomático (analgésicos y antidepresivos, no se aconsejan ansiolíticos o narcóticos) y ayuda psicológica.

    El pronóstico es bueno en las quejas postraumáticas tempranas que mejoran con el tiempo, pero las tardías (aquellas que aparecen a los 6-12 meses), tienen más síntomas psicosociales y un curso más insidioso, y en su perpetuación influyen factores psicológicos, legales y económicos.

        Encefalopatía postraumática
    Tras cualquier TCE se pueden producir una gran gama de alteraciones cognitivas, que forman un espectro desde el síndrome postraumático en el TCE leve, pasando por alteraciones del comportamiento y memoria en TCE con contusión frontotemporal, hasta el estado vegetativo crónico en los casos más graves.
    Ante cualquier deterioro cognitivo tras un TCE se debe descartar una hidrocefalia comunicante o un hematoma subdural crónico.
    Una variante es la encefalopatía cróncia traumática, cuya forma más dramátrica es la demencia pugilística, con una anatomía patológica que es similar a la enfermedad de Alzheimer, tras TCE repetidos, sobre todo si cursan con pérdida de conciencia, como ocurre típicamente en boxeadores.

        Diabetes insípida
    Es un cuadro de ingesta excesiva de agua y poliuria hipotónica causado por una falta de liberación de vasopresina en la neurohipófisis en respuesta de estímulos fisiológicos normales. Se asocian a TCE con fracturas de cráneo, y sólo un sexto se acompañan de hipopituitarismo anterior. Su diagnóstico se sospecha con la clínica (poliuria y polidipsia) y se confirma con la determinación de la osmolaridad plasmática y urinaria o mediante una prueba de deshidratación. Su tratamiento en la fase aguda es vasopresina acuosa, pero a largo plazo se usa desmopresina o preparados no hormonales si hay reserva de ADH. Se han observado remisiones espontáneas incluso después de seis meses, probablemente por la regeneración de los axones dañados en el interior del tallo hipofisario.
     
       Fístula de LCR

       Síndrome de trefinado, defectos óseos

        Hidrocefalia