• Diagnóstico por imagen de los Tumores Primarios del Sistema Nervioso

    La técnica de neuroimagen de elección para el diagnóstico y seguimiento de los tumores del sistema nervioso es la resonancia magnética (RM). La tomografía computarizada (TC) presenta limitaciones importantes en esta patología, como son su peor resolución anatómica y la presencia de artefactos de fosa posterior. A pesar de ello, la TC constituye una técnica muy útil para la evaluación de complicaciones hemorrágicas agudas, efecto masa y extensión del edema vasogénico asociado al tumor. Es importante recordar que la TC craneal puede aportar falsos negativos en el diagnóstico inicial de un tumor cerebral, en situaciones como tumores pequeños o con poca densidad celular, masa tumoral isodensa, ausencia de cambios patológicos significativos en la barrera hematoencefálica, o estabilización de la barrera hematoencefálica por uso previo de corticoides. Existe un conjunto de características radiológicas que pueden orientar hacia el grado de malignidad en la TC, como son: número, forma y tamaño de las lesiones, localización, márgenes del tumor, presencia de quistes, calcificaciones o hemorragias, presencia de necrosis intratumoral, edema perilesional, desplazamiento de estructuras de la línea media y captación o no de contraste la lesión. En la TC la imagen de un tumor puede ser hipo, iso o hiperdensa.

     

    La capacidad de realizar cortes multiplanares (axiales, coronales y sagitales) de la RM es esencial para determinar la localización del tumor, su origen intraparenquimatoso o extraaxial, así como su relación con el sistema ventricular. Las secuencias de RM empleadas de rutina en la evaluación de un paciente con sospecha de neoplasia intracraneal son: T1 sagital, T2 axial, FLAIR axial y coronal y secuencias T1 con contraste en al menos dos planos del espacio. Otras técnicas de RM como las secuencias de difusión, perfusión, tractografía y espectroscopía han comenzado a introducirse en la evaluación de los pacientes con tumores cerebrales. La mayoría de las neoplasias cerebrales se manifiestan en RM como lesiones hipointensas en T1 e hiperintensas en T2. Sin embargo, los tumores altamente celulares se manifiestan como lesiones hipointensas en T2 (p.ej., meduloblastoma). Otras características radiológicas pueden orientar hacia la estirpe tumoral, como la presencia de grasa (teratoma, dermoide, lipoma), melanina (metástasis de melanoma), lesiones quísticas, hemorragia intratumoral, hipervascularizacion y patrón de captación de contraste.

     

    Las pruebas de medicina nuclear (Tomografía por Emisión de Positrones, PET, y Tomografía Computerizada por Emisión de Fotones, SPECT) pueden proporcionar información adicional muy útil para determinar el grado de malignidad y como sustituto o guía para la biopsia. Además, después de la cirugía y/o radioterapia, pueden ser de utilidad para valorar la persistencia de tumor y para diferenciar una posible recidiva de necrosis por radiación y gliosis, y para controlar la evolución de la enfermedad. Mediante fusión de imágenes, se pueden combinar imágenes anatómicas con estudios funcionales para el diagnóstico y seguimiento evolutivo de la lesión.