• Alteraciones neurológicas producidas por radiación NO ionizante

    1. RADIACION ULTRAVIOLETA

    La radiación ultravioleta es una longitud de onda incluida en la luz que emiten la mayoría de fuentes de luz tanto naturales como las utilizadas en la industria, ciencia y medicina. La luz ultravioleta se subdivide en componentes denominados UVA, UVB y UVC. La UVC (RUV de muy corta longitud de onda) de la luz solar es absorbida por la atmósfera y no llega a la superficie terrestre. La UVC solo se obtiene de fuentes artificiales, tales como lámparas germicidas, que emiten la mayor parte de su energía a una sola longitud de onda (254 nm) que es muy eficaz para matar bacterias y virus sobre una superficie o en el aire. La UVB es la RUV biológicamente más perjudicial para la piel y los ojos, y aunque la mayor parte de esta energía (que es un componente de la luz solar) es absorbida por la atmósfera, es la responsable de quemaduras solares y otros efectos biológicos. La RUV de larga longitud de onda, la UVA, se encuentra normalmente en la mayoría de las lámparas y es también la RUV más intensa que llega a la Tierra. Aunque la UVA puede penetrar profundamente en el tejido, no es tan perjudicial biológicamente como la UVB, ya que la energía individual de los fotones es menor que en la UVB o la UVC.

    Dentro de las afectaciones neurológicas producidas por la luz ultravioleta podríamos considerar principalmente la lesión retiniana por luz brillante, aunque la lesión térmica de la retina por fuentes de luz es improbable debido a los medios del ojo, pueden producirse daños fotoquímicos por exposición a fuentes con una fuerte componente de luz azul, con reducción temporal o permanente de la visión. No obstante, la aversión a la luz intensa evitará este riesgo a menos que se haga un esfuerzo consciente por mirar a las fuentes de luz brillante. La contribución de la RUV a la lesión de retina es generalmente muy pequeña, debido a que la absorción por el cristalino limita la exposición retiniana.

    2. LASER

    Un láser es un dispositivo que produce energía radiante electromagnética coherente dentro del espectro óptico comprendido entre la zona final del ultravioleta y el infrarrojo lejano. En numerosas aplicaciones, tales como reproductores de videodiscos y sistemas de comunicación por fibra óptica, la salida de energía radiante del láser está confinada, no existe ningún riesgo para la salud del usuario. Sin embargo, en algunas aplicaciones médicas, industriales o en investigación la energía del láser es accesible y puede suponer un riesgo potencial para los ojos y la piel. El único control medico que se exige en la actualidad a aquellos trabajadores que manipulan láseres es el control oftalmológico. Se ha eliminado el requisito de reconocimiento medico anual ya que la mayoría de láseres están confinados y debido a que cuando se producen lesiones estas son agudas y son notadas por el usuario.

    3. RADIACION ELECTROMAGNETICA

    Estudios de provocación con voluntarios jóvenes parecen indicar alteraciones fisiológicas tales como disminución de la frecuencia cardiaca y alteraciones del electroencefalograma (EEG) tras la exposición a campos eléctricos y magnéticos relativamente débiles. La exposición a campos se produce en todos los ámbitos de la sociedad. Allí donde hay conductores eléctricos, motores eléctricos y equipo electrónico, se crean campos eléctricos y magnéticos.

    Intensidades de campo medias de 0,2 a 0,4 microteslas por jornada de trabajo parecen ser el nivel por encima del cual podría haber un aumento del riesgo, y se han calculado niveles similares para las medias anuales en relación con sujetos que viven debajo de líneas de alta tensión o en sus proximidades. Muchas personas se hallan expuestas a niveles superiores a éstos, aunque durante períodos más breves, en sus hogares (debido a radiadores, afeitadoras, secadores de pelo y otros aparatos electrodomésticos, o a corrientes parásitas a causa de desequilibrios en el sistema de puesta a tierra eléctrica de los edificios), en el trabajo (en determinadas industrias y oficinas que implican proximidad a equipos eléctricos y electrónicos) o mientras viajan en trenes y otros medios de transporte de propulsión eléctrica. Se desconoce la importancia que reviste esta exposición intermitente. Los niveles de exposición laboral a los campos magnéticos suelen ser mayores que en la exposición residencial, y los cálculos sobre riesgos de leucemia y tumores cerebrales de los trabajadores expuestos dan valores más altos que para los niños que viven cerca de líneas eléctricas aéreas. Según estimaciones basadas en el riesgo atribuible descubierto en un estudio realizado en Suecia, cada año podrían atribuirse a campos magnéticos unos 20 casos de leucemia y 20 de tumores cerebrales. Estas cifras deben compararse con el número total de casos anuales de cáncer que se dan en Suecia, y que es de 40.000, de los cuales se calcula que 800 son de origen profesional. Aunque no se han presentado síntomas característicos de enfermedad neurológica orgánica, se ha notificado una gran variedad de síntomas y molestias, principalmente cefalea, mareos, fatiga y debilidad, hormigueo y pinchazos en las extremidades, falta de aliento, palpitaciones, transpiración abundante, depresiones y fallos de memoria. Algunos estudios con animales indican asimismo que los campos magnéticos suprimen la producción de melatonina pineal.

    Hay dos mecanismos posibles que podrían ser importantes en orden al favorecimiento del cáncer y que, por lo tanto, merecen especial atención. Uno de ellos tiene que ver con la reducción de los niveles nocturnos de melatonina Se ha descubierto que la melatonina es un eliminador muy potente de radicales hidroxilo y que, por lo tanto, inhibe considerablemente el daño que los radicales libres podrían causar al ADN y tiene un efecto oncoestático indirecto.

    Bibliografía:

    - Enciclopedia de salud y seguridad en el trabajo. Capítulo 49. Radiaciones No Ionizantes 3ra Ed. 1998. OIT.